Román González ha vuelto a sentir escalofríos en los pies y cosquillas en el estómago. Este sábado es un día que ha marcado la carrera trepidante de Chocolatito. 15 de septiembre, 10 años atrás Nicaragua madrugaba por ver al muchacho que Alexis Argüello había presumido. Logró destrozar al mejor 105 libras del momento: Yutaka Niida, noqueándolo en cuatro vueltas y convertirse en campeón por vez primera. Y desde Yokohama a Las Vegas, nuevamente el calendario le da el mismo sol y la misma luna, pero con una carga pesada mentalmente: el nocaut recibido hace un año y un contexto político que tira fuego.
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Chocolatito retará principalmente sus demonios internos, su más grande rival. No es posible que tanto talento, tanta fiereza y tanto fulgor se haya apagado con la primera tormenta. Soy de los que me resisto a creer que González está acabado, pero nadie es dueño de los designios del destino. Nadie creyó verlo en la fría lona ante un público que lo admiraba, nadie pensó que lo despojarían de la primera pelea ante Srisaket Sor Rungvisai y mucho menos encerrado en un laberinto de dudas en cómo reaccionará con el ataque e intercambio de golpes que realice su oponente Moisés Fuentes.
El desarrollo del combate por parte del mexicano no es ningún misterio, ya lo dijo días atrás: “No sé hacer otra cosa que fajarme y no voy a inventar contra Chocolatito”. Fuentes tirará sus dados con sus puños y así como el tailandés encontró la tierra prometida pretende igualarlo. Antes de eso, se diría fácil que un oponente como Fuentes es idóneo para Chocolatito, así lo exterminaría más rápido, sin embargo ese rompecabezas ya se desarmó, esa tesis ya no es igual desde hace un año.
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Se está en la disyuntiva no del peligro que representa un dos veces campeón del mundo como Fuentes, sino en el Chocolatito que veremos. Manny Pacquiao, después del nocaut mortal sufrido a manos de Juan Manuel Márquez en 2012 esperó seis años para volver a ganar un combate por la vía del cloroformo. La enseñanza fue un filipino más cauteloso, menos riesgo y más sensatez. Y no estamos hablando que Pacquiao regresó ante grandes retadores, sino que eran púgiles a la medida como Brandon Ríos, Chris Algieri o Jessie Vargas. Ese peleador destructivo que acabó dejando en el piso a De La Hoya, Hatton y a Cotto prefirió estar lejos de las granadas.
Hace 10 años la historia del jovencito de La Esperanza empezó a sonar en todos los horizontes y hoy, este 15 de septiembre, podría regresar a pisar fuerte o bien, abrir la puerta del retiro, algo que el mismo Román ha confesado meditarlo en muchas ocasiones.
El peso
Román González marcó 114.8 y Moisés Fuentes 116 libras. El combate era a 115 libras con una de tolerancia.
El combate está programado a las 6:00 p.m. hora de Nicaragua