¿Qué pasó con Bélgica? La mejor selección de la fase de grupos quedó borrada por Japón, un plantel laborioso y ordenado que en una hora mostró sus lagunas futbolísticas. Los Diablos Rojos bajaron del pedestal de favorito remontando (3-2) en el tiempo añadido los dos goles de un adversario entusiasta, que con más corazón que futbol dio un gran susto al plantel llamado a trascender con su generación de oro.
Por más de una hora Bélgica estuvo más fuera que dentro del Mundial donde sigue viva por superioridad futbolística. Un contraataque les permitió alcanzar los cuartos, instancia en la cual podría quedar si repite esta misma versión ante Brasil, un plantel con mayores credenciales que los japoneses.
Japón bloqueó laboriosamente los accesos a la portería. Más directo que creativo, Bélgica se abrió paso poco a poco. Carrasco y De Bruyne se vieron limitados para maniobrar al igual que Hazard, tapado en el medio campo e imposibilitado para recibir entre líneas o generar espacios, una tendencia que cambió pasado el cuarto de ahora.
Mejor accionar
Acomodados en el terreno de juego, los belgas se volcaron al ataque. Cada vez que Japón pasó la media cancha llegó la replica con maniobras rápidas y directas por los costados que terminaron en centros al área. Se instalaron en el campo contrario asediando constantemente y rematando a la primera oportunidad como lo hizo Hazard (26) de frente al portero.
Los samuráis enseñaron mucho sacrificio para replegarse rápidamente metiendo siete elementos en el área. Desesperado por la falta de oportunidad, Bélgica optó por ensayar de larga distancia sin éxito. A excepción del remate de Harzard, los demás se fueron desviado o se estrellaron en los defensas.
Bélgica quedó aturdida comenzando el segundo tiempo. Desconfiaron de la efectividad nipona y lo pagaron caro. Un robo de balón originó una transición rápida con un pase filtrado a la espada del Vertonghen, quien no lo interceptó. Haraguchi (48′) recibió en el área, amagó y remató cruzado ante el mal colocado Courtois.
Reacción belga
La respuesta belga fue casi inmediata. Carrasco se proyectó por su banda y colocó el esférico en el balcón del área donde Hazard (50′) la estrelló en el paral. Cuando se esperaba el empate apareció otro mazazo en forma de golazo. Inui (52) recepcionó fuera del área y sacó un potente remate al palo largo de Courtois.
Tardó en aparecer el poderío de los Diablos Rojos, que con la soga al cuello espabiló rápido por medio de los jugadores menos habituales: Vertonghen (48′) y Fellaini (52). El lateral, protagonista el primer tanto nipón, en un tiro libre cabeceó bombeado ajustado al segundo paral. En otra jugada que nació a balón parado, Hazard centró al punto de penalti y el recién ingresado Fellaini remató para el empate.
Kawashima evitó que Bélgica tomaron la delantera en dos oportunidades en una misma jugada: primero atajó el disparo de Hazard (86) y después a Lukaku (86). A partir de ahí, la ofensiva belga mostró el potencial esperado bombardeando la portería. Japón sacudió el asedio en los minutos final con un tiro libre de Honda (90+4′) mandado a tiro de esquina por Coutois.
Del saque del córner salió la remontada belga: Courtois entró el esférico a Hazard, quien abrió para Meunier. El lateral por derecha centró, Lukaku la dejó pasar a Chadli (90+5), que remató a placer. El susto terminó en el último suspiró, con mayor sufrimiento de lo esperado para una selección belga que dejó dudas cuando debía reafirmar su candidatura.