No siempre lo más doloroso ocurre cuando un boxeador pierde un título mundial sabiendo que tenía todo para sostenerlo. En el caso de Cristofer González lo más duro vino después. Sentir ese vacío, el cómo administrase a partir de la derrota lo atormentó a lo interno. Nunca se sabe cuando se sale de ese mundo cíclico de resignación. Aunque ahora está dando buenas señales de cara a su futuro.
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La promotora Nica Boxing había programado al Látigo para una función en abril en Nicaragua. Era imperativo montarlo al ring para espantar fantasmas del pasado, pero González no iba a estar listo, aunque también se le agregaron las palabras del promotor japonés Akihiko Honda, con el cual todavía los manejadores del excampeón mantienen contacto: “que espere a Charlie Edwards”. Además se ha abierto el canal de comunicación con William Ramírez en el exterior y está sobre la mesa sacarlo de su entorno para reconcentrarlo.
A nivel de entrenamiento González empezó a correr entre ocho a diez kilómetros diarios. También ya hizo su primera sesión de sparring en donde lució bien. El Látigo, al menos no se pasó con el peso. A pesar de estar divorciado del gimnasio ha marcado 124 libras, toda una sorpresa. La meta de su cuerpo de trabajo es que retome la confianza y se vaya soltando poco a poco.
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Todo indica que las negociaciones con Edwards ya están avanzadas, lo único que desquebrajaría el camino del nicaragüense sería una victoria del español Ángel Moreno, quien enfrentará al inglés este 23 de marzo en Londres. Por lo pronto a González deberá seguir despejando su mente de los fantasmas de la última pelea y llenar ese vacío latente con ninguna otra cosa más que el entrenamiento.