¿Y ahora resulta que el empate con el Barcelona, la victoria contundente contra el Atlético de Madrid y las garras de campeón girando un triunfo en Ámsterdam fue una silueta fugaz? En lo absoluto, era la cara buena del Madrid, pero también existe la congestión como resultado de no saber administrar la confianza. Eso sucedió. Estadio lleno, inicio prometedor, ventaja tempranera con el gol de cabeza de Casemiro (25′). Los blancos se vieron frente al espejo en el medio tiempo con el marcador arriba y se les pegó la calma. Bastó que el Girona presionara un poco para despertar la pesadilla del pasado. El resultado lo dice todo: 1-2, ganó el visitante.
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Estamos hablando que el Girona ganó por primera vez en su historia en el Santiago Bernabéu. El primer tiempo de sonrisas fue un amargo final. Lucas Vázquez penetrando (17′) con un autopase y Bono tapando, luego después del gol de Casemiro tras el trazo exquisito de Toni Kroos, Odriozola envió una pelota con olor a gol, pero Benzema no logró llegar, Marcelo lo intentó de derecha y posteriormente antes del desenlace de la primera parte, tres ocasiones cercanas a gol surgieron en los pies de Benzema. Ese Madrid estaba siendo alabado, un espectáculo, daban la impresión de haber regresado a su verdadera órbita, la de la superioridad, aplastamiento al rival hasta explotarlos con tantas oportunidades.
El drama aterrizó en la segunda parte. Y el primer aviso ocurrió al 58′ cuando el hondureño Choco Lozano cabeceó y Courtois tapó, pero el rechazó buscó a Raúl García, quien todavía se pregunta cómo falló ese chance solo a marco. La pelota voló a otro territorio. Luego, la mano de Ramos obstaculizando la trayectoria del esférico en el área pequeña obligó el penalti, el cual el uruguayo Stuani no desaprovechó. La vida le había regalado la oportunidad de sobrevivir y encontrar una victoria en los últimos 10 partidos. Y como si el gas se hubiera acabado, el globo Madrid dejó de funcionar. Lozano volvió a la carga con un disparo en rosca que Courtois desvió, pero el relevo defensivo apareció demasiado tarde y Portu mató. Marcelo no pudo detenerlo y la épica del Girona estaba sucediendo.
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Ni Vinicius ni Bale, tampoco el cabezazo final de Courtois evitó la derrota. A los Merengues les acaban de dar una sacudida cuando todo volvía a cobrar sentido. El Barsa está otra vez a nueve puntos y el adiós a la Liga cobra más sentido que nunca. Tal vez es tiempo de pensar en Champions y Copa del Rey, cuidado y la glotonería también les pasa factura.