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Ángel Acosta dominó a Carlos Buitrago. LAPRENSA/ CORTESÍA/ COTTO PROMOTIONS

Y la quinta no fue la vencida, Carlos Buitrago noqueado en disputa de título

La carta del nicaragüense era desgastar al campeón, de las 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en los primeros seis asaltos para ubicarlo en un terreno muy poco explorado

Carlos Buitrago regresará otra vez a Nicaragua sin título mundial. Parece que en los designios del destino está ser un excelente papá, esposo e hijo, pero no campeón del mundo. Creyó que su mentalidad, recursos y experiencia era suficiente para Ángel Acosta y por momentos, durante la pelea daba la impresión que podría serlo. No obstante, aunque su enfoque y estrategia estuviera bien trazada, el aire extra de monarca no lo posee. Acosta, sin ser brillante fue mucho mejor y su insistencia mostró resultados en el último asalto, cuando el réferi Luis Pabón detuvo la pelea.

La carta del nicaragüense era desgastar al campeón, de las 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en los primeros seis asaltos para ubicarlo en un terreno muy poco explorado. Acosta tenía 12 de sus 17 victorias por nocaut en el tercer episodio o antes, por ese motivo Buitrago creía que podría desajustarlo. En los primeros dos asaltos Chocorroncito dejaba muy buenas sensaciones. Se iba a las cuerdas y hacia fallar al boricua todas sus descargas y en el contragolpeo atacaba magistralmente con su mano derecha y su izquierda lacerante.

Entre el tercero y quinto asalto, Carlos empezó a bajar las manos, recibía castigo innecesario y le estaba entregando en bandeja los rounds al campeón. Aunque se veía con capacidad de soportar el golpeo, esa mano derecha en volado y la izquierda en cruzado del boricua minaban poco a poco las facultades del pinolero. Se esperaba que Chocorroncito empezara a ejecutar su estrategia en la segunda parte del combate. Acosta denotaba cansancio, no tiraba igual y se quedaba abierto, expuesto a ser castigado.

Con todo y que Buitrago ganó del octavo al décimo asalto, nunca soltó sus manos. Se dedicó a tirar el jab y se olvidó de su mano derecha. Tiraba solamente combinaciones pobres de dos golpes, había caído en el mismo Carlos que desespera y no aprovecha las oportunidades como en el pasado. Llegó el round 12 y Acosta miró la cara abollada de Buitrago, se inspiró en la exigencia de su público hasta derribarlo. El nicaragüense se levantó solo a recibir castigo innecesario. Cinco derechas al rostro combinado con la izquierda letal eran argumentos suficientes para que Pabón dijera no más, decretando el nocaut técnico. Y la quinta no fue la vencida, pudo más la fuerza desordenada del campeón que el anhelo con falta de empuje del retador.

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