“El 19 de julio para Wilfredo Navarro significa una victoria confiscada para el pueblo, pues argumenta que los que triunfaron en la revolución fue el pueblo entero que arriesgó su vida y no solo el Frente Sandinista. ‘Daniel Ortega y un grupito confiscaron la celebración, la usan por conveniencia personal, así como usan a los muertos en combate, y ahora usan los recursos que debieran ser para el pueblo de Nicaragua’, expresó el diputado liberal. Para Navarro y su esposa, 1979 significó un año de incertidumbre y carencias. Desde entonces afirma ser un opositor férreo del Frente Sandinista, hasta que se muera”.
Este extracto pertenece a un reportaje especial publicado por LA PRENSA el 18 de julio del 2010, cuando el presidente designado Daniel Ortega estaba en su primer período de gobierno y ya preparaba la demolición de la Constitución Política para abrir las puertas a su reelección continua.
Wilfredo Navarro en ese tiempo era diputado por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y un duro crítico de la gestión del caudillo sandinista, pese a que el partido liberal al que pertenecía mantenía en ese tiempo una sociedad política con el Frente Sandinista, como residuo del pacto entre Ortega y el expresidente Arnoldo Alemán.
Fue consultado para el reportaje en cual el relató donde estaba exactamente el 19 de julio de 1979. Ocho años después de la publicación de este reporte en LA PRENSA, el Wilfredo Navarro que dijo que sería opositor a Ortega hasta la muerte, ha desaparecido, engullido por completo por el monstruo híbrido del transfuguismo y el oportunismo político. Navarro no es el primer político devorado por este espécimen tan común en Nicaragua. Pero el Wilfredo Navarro que regurgitó el monstruo, ha sido uno de los casos más aberrantes vistos en la cultura política criolla.
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El Wilfredo Navarro de hoy ya no es liberal. Es formalmente un diputado por el Frente Sandinista, ahora en su cuarto período como parlamentario. Su rol en la Asamblea Nacional, además de votar perenne por todas las leyes enviadas por Ortega con carácter de urgencia o propuestas por el Frente Sandinista, es defender de manera furibunda al caudillo sandinista de todo aquel político, instancia, organismo o medio de comunicación que lo cuestione.
“(Ortega) no es el mismo (de los ochenta). Hay transformaciones claras. El Daniel Ortega de los 80 era alguien que no negociaba, que no transaba, que no buscaba consenso y yo lo que miro ahora es una empresa privada en un amarre monolítico como si fuera con esa pega famosa de lo pega y no se despega; el amarre con los trabajadores, y el desarrollo económico del país”, dijo en diciembre del 2016 al Informe Pastrán, cuando su proceso de transformación de liberal a orteguista se completó, luego de las elecciones presidenciales de ese año.
El nuevo diputado orteguista Wilfredo Navarro ahora acusa a sus antiguos correligionarios del PLC de haberse lucrado de la corrupción durante el gobierno de Arnoldo Alemán, administración de la que fue ministro del Trabajo.
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El Wilfredo Navarro de hoy defendió el control que pretende hacer el gobierno de las redes sociales. Apoyó y votó a favor del proyecto del canal interoceánico, pese a que este prácticamente entregaba la soberanía del país al empresario chino Wang Jing. También se pronunció a favor de la propuesta al Seguro Social que desencadenó la ola de protestas que vive el país. Se pliega al discurso oficial establecido en la estrategia de comunicación definida por la vicepresidenta designada Rosario Murillo y acusa a los opositores de conspiradores y desestabilizadores.
El 27 de abril pasado, Navarro fue uno de los cuatro miembros de la junta directiva de la Asamblea Nacional (del total del siete), que anunciaron la creación de la Comisión Porras, la que supuestamente se encargaría de investigar los detalles de la masacre de abril, y que no tiene ninguna credibilidad ante la población. Todos los miembros que participaron en la creación de esa comisión son orteguistas conocidos y de vieja data, más Wilfredo Navarro, el mismo que en 2010 dijo que sería un opositor al Frente Sandinista hasta su muerte.
