Vestido como Viernes 13, Leonardo “Chimmy” Morales tuvo su sábado de gloria al vencer en una decisión unánime a Marcus Brimage. Un combate que se desarrolló en una pista de hielo, ambos peleadores resbalaban como niños intentando caminar, en un combate que fue más especulativo que explosivo, manteniéndose a la distancia, con temor a entrar en las calderas del oponente. Toda la furia albergada en Morales no estalló esa noche, sintió el golpeo de Brimage y decidió acertadamente usar el cerebro, obviando el impulso que le inyectaba el corazón, el cual le daría chance al estadounidense.
En el primer asalto, Brimage tuvo la iniciativa de buscar a Leonardo. Con un mejor concepto del ataque, combinaciones no tan elaboradas pero si con el dardo necesario para impactar, conectó con facilidad a Morales, quien se vio desnudo en protección boxística. Marcus salió como un pistolero alcoholizado tirando balas a todos lados, solo quería dejar un mensaje: “si entras mueres”.
Posteriormente Brimage estuvo cerca de derribar al pinolero con una patada al muslo derecho, pero se sostuvo férreamente. Y faltando un poco más de dos minutos, el mismo golpe abajo de Brimage derribó a Morales, no obstante, el nica mostró capacidades para salirse del piso, cerrando con un cruzado que tambaleó al experimentado ex UFC.
Despertó “Chimmy” en el segundo asalto, su entrenador Alex Amador, inteligentemente sabiendo que un asalto igual que el primero complicaría a su pupilo, dejó a un lado el estudio y mandó a usar el “machete” de Leonardo: las patadas. Inmediatamente Brimage retrocedió cuando una patada derecha lacerante volando a la velocidad de la luz, impactó la quijada del intrépido retador, ¡Zas! Cayó a la fría lona, pero Leonardo no pudo rematar, escapándosele el nocaut en ese momento. Al instante que cae Brimage, “Chimmy” falló una derecha en recto que debió ser el final de todo, pero la brújula no lo acompañó, siguió el asalto hasta terminar con la superioridad absoluta del nicaragüense.
Siendo el fin el que justifica los medios, Morales en el último asalto mantuvo todo el tiempo la distancia, Brimage en medio de su coraje por ser pequeño, buscaba insistentemente pero no llegaba a conectar. Leonardo fue más efectivo, moviéndose en círculos, saliendo con pasos laterales. El público esperaba más explosión en el final, mientras “Chimmy” una importante victoria, que al final hinchó su confianza.